UC inaugura Plaza de la Paz

El espacio, que se inaugura a 60 años de la encíclica Pacem in Terris, promueve la paz y el diálogo ciudadano.

En el mismo día que se cumplen 60 años de la publicación de la carta encíclica Pacem in Terris (Paz en la Tierra), del Papa Juan XXIII, la Universidad Católica inauguró este martes la Plaza de la Paz en el Campus San Joaquín en una ceremonia encabezada por el rector Ignacio Sánchez, que contó la participación del ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Jaime de Aguirre, autoridades universitarias, representantes de distintos credos e iglesias, familiares e invitados especiales. Se trata de una obra que busca promover la paz, el diálogo ciudadano y la reflexión con la finalidad de aportar al bien común, y que fue diseñada por los artistas nacionales Claudio y Francesco di Girolamo, en conjunto con Alberto Moreira, el Premio Nacional de Artes 2021, Francisco Gazitúa, y Luis Montes.

“Hoy, necesitamos avanzar hacia una convivencia en paz, y para esto se requiere que las relaciones entre las personas, las relaciones políticas, internacionales y mundiales se rijan por el respeto a la persona, a las normas de la razón, a la verdad, la justicia y a una activa solidaridad”, sostuvo el rector de la UC, quien destacó que el cuidado y respeto de la democracia es una responsabilidad colectiva, tanto de los gobiernos, como de la ciudadanía, las autoridades civiles y militares. Esta plaza cuenta además con un espacio dedicado a los 31 académicos, profesionales y estudiantes ejecutados y detenidos desaparecidos de la UC tras el Golpe de Estado, cuya conmemoración de 50 años se realizará el próximo 11 de septiembre.

En conjunto con la Plaza para la Paz, la Universidad Católica anunció recientemente la creación del Centro UC para el Diálogo y la Paz. Se trata de una iniciativa interdisciplinaria encabezada por el profesor UC Patricio Bernedo, que contará con la participación de expertos de diversas unidades académicas y que aportará en distintos retos que enfrenta Chile y América Latina, como la crisis migratoria, el conflicto en la Araucanía y otras disputas étnicas de la región, la fragmentación y el desprestigio del sistema político, entre otros.

En su discurso, la autoridad universitaria recordó la aspiración que había en Chile para realizar transformaciones sociales cuando se publicó la encíclica papal hace 60 años -un mensaje para instalar la paz en el corazón de la iglesia y basar la convivencia humana en el respeto a la dignidad de la persona- y el posterior derrumbe de la democracia en 1973.

“Recordamos esta fecha ya que debemos comprometernos a que los hijos de nuestra tierra y los hijos de sus hijos no vuelvan a vivirlo. En esta plaza se honra a treinta y un miembros de nuestra comunidad universitaria como muestra de nuestro compromiso por instalar en nuestro país una cultura de la paz, por trabajar al interior de la comunidad y sociedad”, agregó el rector Sánchez.

«En esta plaza se honra a treinta y un miembros de nuestra comunidad universitaria como muestra de nuestro compromiso por instalar en nuestro país una cultura de la paz, por trabajar al interior de la comunidad y sociedad” – Rector UC, Ignacio Sánchez

El ministro de Cultura, Jaime de Aguirre, valoró la creación del nuevo espacio como un lugar de encuentro ciudadano. “Esta plaza es un lugar de reflexión que nos sirve para recordar la importancia de hitos históricos como la publicación encíclica ‘Pacem in Terris’ y la Conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en la instalación de una cultura de la paz, diálogo, memoria y derechos humanos. Como Gobierno y Ministerio de las Culturas estamos abordando este último suceso precisamente como un espacio de encuentro en torno a bienes y valores fundamentales para una sociedad, como lo son la memoria, la democracia y el futuro”, dijo el secretario de Estado.

Durante la ceremonia, el artista Claudio di Girolamo agradeció al equipo que trabajó en la creación de la plaza y también se refirió a su expectativa de que este lugar contribuya a la convivencia y a la paz. «Deseo profundamente que quienes habiten este pequeño espacio, aunque sea con una breve presencia, se sientan conmovidos por él, y que logre transmitirles algo de la fuerza y de la convicción necesaria para poder ser durante toda su propia vida constructores de la paz», dijo Di Girolamo.

La ceremonia culminó con un corte de cinta y la bendición de la Plaza de la Paz con representantes eclesiásticos y religiosos de diversos credos y la participación del cardenal y arzobispo de Santiago Celestino Aós, Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Anteriormente, durante la misma jornada, se realizó en el Salón de Honor de la UC el seminario “A 60 años de la Encíclica Pacem in Terris, del Papa Juan XXIII. Contextos y Vigencia”, que tuvo como propósito profundizar en la relevancia y legado que ha implicado este documento.

El origen de la plaza
El proyecto tuvo su punto de partida hace dos años, tras la ceremonia de donación a la UC de más de 700 bocetos, dibujos y pinturas creadas en diversos soportes y técnicas por el artista Claudio di Girolamo. “Le dije en esa ocasión a Claudio que la universidad agradece mucho tu legado, pero que la UC necesita una obra tuya visible y palpable en el día a día. Entonces él asumió este desafío con el diseño de la plaza, la Virgen de la Paz y con la Paloma del Espíritu, obras absolutamente originales de él”, sostuvo el rector Ignacio Sánchez.

En enero de 2022 se definió que la plaza se realizaría en el Campus San Joaquín. Claudio di Girolamo junto a su hijo Francesco recorrieron el campus universitario y concluyeron que su actual ubicación era la más apropiada por su cercanía al Templo Sagrado Corazón, su vegetación y también por encontrarse en un lugar muy central. Los trabajos comenzaron en agosto del año pasado y las excavaciones mayores se dieron entre diciembre y marzo de este año. La obra, cuya construcción fue supervisada por la Dirección de Infraestructura de la Vicerrectoría Económica, interviene una superficie total de 712 metros cuadrados, en la que se emplaza una plaza semienterrada de 130 metros cuadrados.

En enero de 2022 se definió ubicar la Plaza de la Paz en el Campus San Joaquín, contigua al Templo Sagrado Corazón. La obra interviene una superficie total de 712 metros cuadrados. (Fotografía: César Cortés).
Para destacar los 60 años de la encíclica Pacem in Terris se determinó incorporar 60 frases que convocan la paz. Algunas son de pontífices, pero también de Santa Teresa de Calcuta, de Martin Luther King, de Clotario Blest, Albert Einstein, Baruch Spinoza, y otras personas que han trabajado intensamente por la paz y la convivencia en el mundo.

La plaza busca crear un espacio de recogimiento, que permita según se indica en su ficha técnica “retrotraer a la persona a su condición de simple habitante del planeta. Junto a ello, integra espacio y anhelos, la Virgen María compartiendo la misma y básica dimensión humana. Corona el conjunto la escultura de la paloma, símbolo de fragilidad y mansedumbre”.

Según contó el rector Sánchez se consideró que era además el momento y lugar preciso para conmemorar y recordar a los miembros de la comunidad universitaria que fueron detenidos desaparecidos o ejecutados durante la dictadura, cuyos nombres están incluidos en la plaza. “Son 31 personas, hicimos un catastro muy específico, nos tomamos más de dos meses consultado los colectivos y los archivos para estar seguros de no dejar a nadie afuera. Una vez que tuvimos este registro, contactamos a las familias para informarles que su pariente sería recordado en esta plaza y que cuando hiciéramos la ceremonia de inauguración serían invitados”.

60 frases que convocan la paz fueron incluidas en la Plaza de la Paz así como también los nombres de los miembros de la comunidad universitaria que fueron detenidos desaparecidos o ejecutados durante la dictadura (Fotografía: César Cortés).
Anteriormente, específicamente el año 2013, junto a la Federación de Estudiantes de la UC, la universidad había entregado títulos póstumos, y en 2015 entregó medallas y diplomas a los profesores exonerados en Casa Central.

Hacia una cultura de paz
La historia de Claudio di Girolamo y Francisco Gazitúa comenzó hacia varias décadas, cuando Claudio fue su primer maestro de dibujo. Hoy sus caminos se cruzaron para la creación de este proyecto, en el cual ambos artistas encontraron un punto de realización personal durante el proceso de esta obra.

Con acero forjado, y una base hecha mediante carpintería metálica con planchas de 25 milímetros a cuatro milímetros, aquí Gazitúa -Premio Nacional de las Artes 2021- se define a sí mismo como un mero intérprete de la mirada de Di Girolamo. Con una confección de dos meses en su taller, la Paloma de la Paz que ahora sobrevuela la recién inaugurada plaza se extiende por dos metros de alto y fue instalada mediante una grúa en el Campus San Joaquín.

“Interpreté la idea y los dibujos de Claudio. Con Claudio tengo una deuda antiquísima: él fue mi primer maestro de dibujo y esta es una manera de restituir toda esa enseñanza, actuar como un artesano, seguir su partitura, su mensaje: Chile es uno de los países más lindos del mundo. No hay que creerle a las noticias, que hablan solo de un país de delincuencia. No sé cómo caímos en esta polarización tan innecesaria, pero para eso estamos los artistas. Vinimos al planeta a sembrar entendimiento, para ir poblando este paisaje con otros mensajes, y esa quizás es la lección que queremos graficar con esta obra: jamás polarizarse, nunca, y siempre ir al diálogo”, dijo Francisco Gazitúa sobre esta plaza que hoy cobija sesenta frases elegidas por Di Girolamo, con reflexiones sobre la paz y la armonía social.

Para ambos artistas, la mirada actual sobre el diálogo y reencuentro nacional debe incluir otros aspectos y darle a la cultura un lugar clave, para generar un verdadero entendimiento.

“Felicito a la universidad porque está tomando cada día más desde esta rectoría a la cultura como un tema serio. Felicito personalmente al rector Ignacio Sánchez, porque la única posibilidad de gobernabilidad de este país es la cultura. Y cuando hablo de eso me refiero a dar énfasis en nuestra educación y sociedad a temas como el paisaje, lo étnico. No tenemos para dónde arrancar entre el mar y la cordillera, entonces: habitémonos, y habitémonos culturalmente. El 99% de este país somos gente de paz, y ese diálogo debe primar siempre. Esta es todavía la cuna de dos premios nóveles. Abramos esos libros, especialmente los de Gabriela Mistral, y fíjense en esa belleza, en esa cultura”, enfatizó Gazitúa.