

Te invitamos a celebrar juntos el nacimiento de Jesús y a acompañarnos en este camino de Adviento bajo el signo de la Estrella, símbolo que nos guía en este tiempo de esperanza.
La Estrella recorrerá los distintos campus, donde cada miembro de la comunidad podrá depositar sus intenciones y propósitos. Estos serán presentados en la Misa de Navidad.


Adviento viene del latín Adventus, que significa venida o llegada. Un tiempo de espera activa y gozosa para la llegada del Salvador (Mt 24, 27).

En Adviento se utilizan versículos de Isaías, conocido como el “profeta de la esperanza”, porque anuncia la llegada del Mesías y sus palabras son consuelo para el corazón.

El calendario litúrgico se rige por un ritmo espiritual más que cronológico, por lo que Adviento dura cuatro domingos, entre 22 y 28 días.

El color litúrgico del Adviento es el morado, expresando penitencia, sobriedad y esperanza.

La forma circular de la Corona de Adviento alude a la eternidad de Dios; su follaje, a la vida y esperanza que no se marchitan para quien cree en Él; las velas, que Cristo es la “Luz del mundo” (Jn 8,12).

Cada vela de la corona significa: esperanza, fe, alegría y amor. Su encendido gradual refleja el avance de la luz de Cristo sobre la oscuridad del pecado (cf. Jn 1,5), simbolizando que nos acercamos a la Natividad del Señor.

Hoy celebramos a San Nicolás de Bari, un obispo cristiano del siglo IV conocido por su generosidad y amor por los niños, quien inspira la figura del Viejo Pascuero y su mensaje de solidaridad, bondad y alegría.

San Juan Bautista llama a la conversión: “Haced caminos rectos para el Señor” (Lc 3,4-6). Su voz nos recuerda la urgencia de reconciliarnos con Dios y prepararnos activamente para su llegada.

Celebramos a la Inmaculada Concepción, dogma proclamado por el papa Pío IX en 1854 un día como hoy. Nos recuerda a María como modelo pleno de santidad, inicio del plan de salvación y esperanza para la humanidad.

El año litúrgico católico comienza con el Adviento. Este cambio marca una transición espiritual y en este año que comienza nos centramos en el Evangelio de Mateo.

Durante el Adviento, la Misa no incluye el canto del Gloria por ser un tiempo de penitencia, espera y recogimiento.

La tradición de los regalos de Navidad se origina en el pasaje de los Reyes Magos que llevaron al niño oro, incienso y mirra, reforzando el espíritu de dar y compartir.

La presencia de la mula y el buey en el pesebre no proviene directamente de los evangelios, sino que tiene su origen en la tradición cristiana y en interpretaciones simbólicas.

El pan de Pascua tiene su origen en Milán durante la Edad Media. En países como Chile se adoptó como símbolo navideño de abundancia, alegría y unión familiar durante las fiestas.

El tercer domingo de Adviento se llama Gaudete (“Alégrense”). Ese día la liturgia usa el color rosado, signo de alegría anticipada ante la proximidad de la Navidad.

El árbol de Navidad nació en Alemania y Escandinavia entre los siglos XVI y XVII, cuando San Bonifacio lo consagró como símbolo cristiano de la vida eterna.

El primer pesebre viviente fue organizado por San Francisco de Asís en 1223, en Greccio, Italia, inspiración para los que se organizan hoy en casi todo el mundo.

En la Edad Media, las esferas del árbol de Navidad representaban los frutos buenos del paraíso. Ahora son un recordatorio renovación espiritual y unión familiar.

Belén, “Casa del pan”, fue donde nació Jesús cuando María y José viajaron al censo ordenado por el emperador César Augusto; años después Jesús diría: “Yo soy el pan de vida” (Jn 6,35).

En Chile, los villancicos datan de la época colonial y eran cantados por mujeres campesinas. Aún se conserva la tradición de imitar sonidos de animales del pesebre entre las estrofas.

La estrella del árbol de Navidad representa la estrella de Belén que, según el Evangelio de Mateo (2,1-12), orientó a los Reyes Magos, guía y luz divina de nuestras vidas.

San José, figura clave del evangelio de hoy, acoge a María con prudencia y fe tras la revelación del ángel (Mt 1, 18-25), reflejando obediencia, respeto y docilidad a la voluntad de Dios.

Uno de los villancicos más populares de todos los tiempos es Noche de Paz, compuesta en 1816 por Joseph Mohr en Austria. Ha sido traducida a más de 300 idiomas y dialectos.

La Misa del Gallo celebra el nacimiento de Jesús y da inicio a la Navidad. Su nombre proviene del latín ad galli cantus (“al canto del gallo”), símbolo del amanecer y de un nuevo día.

La Navidad se celebra el 25 de diciembre porque la Iglesia cristianizó la fiesta romana del Sol Invictus (Sol Invencible), considerando a Cristo como la verdadera luz del mundo. Fue instituida por el papa Julio I en el siglo IV y oficializada por Justiniano en el 529.