Al servicio de la vida: Medicina Veterinaria UC celebra su primera Ceremonia de Investidura
Autoridades, académicos, familiares y seres queridos acompañaron a 117 estudiantes de Medicina Veterinaria UC que ingresaron en 2021 y 2022, en una significativa ceremonia que inaugura la tradición de recibir la bendición de sus trajes clínicos.
Con una emotiva celebración en la Iglesia del Sagrado Corazón del Campus San Joaquín, el jueves 05 de junio se llevó a cabo la primera Ceremonia de Investidura de la Escuela de Medicina Veterinaria UC, un importante hito pastoral y académico que busca sellar en las y los futuros médicos veterinarios el compromiso con los valores cristianos, tales como la ética, la responsabilidad y el respeto a la dignidad de todos los seres vivientes, orientando la vocación al servicio de la sociedad.
La simbólica celebración, que marca el momento en que las y los estudiantes inician sus prácticas clínicas y sus primeras experiencias de cuidado, fue guiada por el sacerdote franciscano P. Matteo Martinelli, y congregó a 117 alumnas y alumnos de las generaciones 2021 y 2022, acompañados de sus familias, seres queridos, docentes y autoridades de las facultades de Medicina, Agronomía y Sistemas Naturales, y de la escuela.

En la ceremonia, que desde ahora será una tradición compartida por todas las escuelas que conforman la Facultad de Medicina, su decano, el Dr. Felipe Heusser, habló a las y los jóvenes destacando el trabajo que se está llevando a cabo “para formar personas integras, quienes, además de ser excelentes médicos veterinarios, sean personas con un gran propósito en la vida, donde el servicio a la comunidad sea muy central”.
La directora de la Escuela de Medicina Veterinaria, Dra. Andrea Moreno, ofreció también un mensaje en el que recalcó que “como carrera de medicina veterinaria abrazamos una formación integral. Por eso, en este momento tan especial nos acompaña una bendición religiosa que, desde nuestra tradición católica y nuestra identidad, invoca protección, sabiduría y fortaleza para ustedes”.
Asimismo, las alumnas Dominga Silva, presidenta del Centro de Estudiantes de la carrera (CEMVET), y Emilia Pérez, coordinadora general de la Pastoral de Medicina Veterinaria, quisieron entregar algunas palabras a sus compañeros y compañeras.

“Estudiar medicina veterinaria es una decisión de vida, una que solo puede ser tomada por personas audaces, resilientes y, por sobre todo, valientes. Más allá del amor por los animales, esta carrera nos desafía constantemente, nos exige presencia, esfuerzo y una entrega total”, expresó la presidenta de CEMVET.
Por su parte, la coordinadora de la Pastoral hizo un llamado a vivir el valor de la compasión con un espíritu de servicio lleno de amor, humildad y esperanza: “Que nunca se nos endurezca el corazón. Que el traje que hoy vestimos no solo sea símbolo de conocimiento, sino también de misericordia. Que nunca olvidemos que servir a la vida es una forma concreta y hermosa de amar a Dios”.
Como signos del inicio de una nueva etapa, en el encuentro se bendijeron los trajes clínicos, y los estudiantes, quienes recibieron de mano de sus profesores una vela -símbolo de la luz del conocimiento que cada docente ha encendido en los estudiantes-, un pin de fonendoscopio -representación de la labor de cuidar a todo animal-, y una cruz de San Damián, recordando la revelación que Dios hizo a San Francisco de Asís, llamándolo a reconstruir la Iglesia.

Además de las palabras entregadas durante la ceremonia, el P. Matteo Martinelli llamó a recordar, en la práctica clínica, el ejemplo de San Francisco de Asís. “Él nos enseñó a tratar a cada ser como hermano; hagan lo mismo con sus pacientes, con respeto y compasión. Que vean en los animales a hermanos menores, confiados al cuidado humano y que su servicio lleve consuelo tanto a ellos como a quienes los aman”, señaló el sacerdote.
La directora de la Escuela de Medicina Veterinaria destacó el hecho de que esta iniciativa fue organizada por la Pastoral de la escuela y los estudiantes. “Es muy relevante que esta haya surgido desde la comunidad estudiantil y no desde la dirección, una acción en la que se manifiesta el sello que la UC busca plasmar en sus estudiantes”.
Bernardita Cisternas, también coordinadora general de la Pastoral de la escuela, agradeció a Pastoral UC por su guía y ayuda, así como a la escuela por su apoyo en coordinación y las gestiones para conseguir los regalos. Destacó que “todo fue perfecto. Una vez abiertas las inscripciones, vimos cómo subía y subía el número de inscritos, y con esto aumentaba nuestra emoción por esta gran ceremonia por la que llevábamos trabajando tanto tiempo. Hubo dificultades, pero ver cómo Dios fue poniendo cada cosa en su lugar, hizo que todo valiera realmente la pena. La cara de felicidad de los estudiantes y sus familias en el Templo nos recuerda el fin de lo que hacemos”.

Acerca del efecto que esta ceremonia tuvo en las y los alumnos, la presidenta de CEMVET señaló que “significó un momento muy emotivo, no solo por lo simbólico, sino porque realmente nos conecta con lo que hemos venido construyendo en estos años. Este tipo de espacios nos ayuda a recordar que no solo estamos aquí para aprender contenidos, sino para formarnos como personas, como médicos veterinarios con vocación y compromiso. Y eso nos vincula aún más con la medicina, con la salud, con la vida. Aunque a veces se ha dejado de lado la idea de que los médicos veterinarios también somos parte del área de la salud, esto nos reafirma que sí lo somos”.
Durante el segundo semestre, se celebrarán dos nuevas ceremonias, dirigidas a las generaciones 2023 y 2024, dando así continuidad a una tradición que refleja una formación en la que se entrelazan la ciencia, la humanidad y la espiritualidad, para plasmar una identidad profesional puesta al servicio de la vida y de la sociedad.