Cuando se fundó la Pontificia Universidad Católica de Chile, en junio de 1888, se decidió consagrarla al Sagrado Corazón de Jesús para hacer fructífera la obra que se llevara a cabo en ella.
La devoción al Corazón de Cristo no es el culto a un órgano separado de la persona de Jesús. Lo que contemplamos y adoramos es a Jesucristo entero (…) Porque más que cualquier otro miembro de su cuerpo es «signo o símbolo natural de su inmensa caridad». – Carta Encíclica Dilexit nos
Dilexit nos es la Carta Encíclica del Papa Francisco sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo.