Un momento de oración, solemnidad y música sacra. Un momento para encontrarse con Dios y admirar su creación. Así fue el concierto-adoración Soli Deo Gloria, realizado el pasado 30 de septiembre en el Templo Mayor de Campus Oriente UC.
Soli Deo Gloria es un evento anual en el que se interpretan obras musicales inéditas, compuestas por académicos, estudiantes o egresados del Instituto de Musica IMUC y que organiza este ente de la universidad junto con la dirección de Pastoral y Cultura Cristiana.
Las obras de este concierto-adoración fueron interpretadas por el Cuarteto Académico UC y un octeto vocal del coro de Estudiantes UC. Este año los compositores fueron Nicolás Ahumada, licenciado en música con mención en composición del IMUC, Felipe Santibáñez, estudiante de composición del Instituto de Música UC y Juan Guillermo Negrete, licenciado en música con mención en composición musical en la UC y estudiante de magíster en el Instituto de Música Sacra en Roma.
Al inicio del concierto el padre Fernando Valdivieso, capellán general de la UC expuso el Santísimo Sacramento, lo cual propició un ambiente de recogimiento, oración y encuentro con la liturgia.
Benjamín Cruz, director de Pastoral UC, expresó su alegría por trabajar de manera conjunta con el Instituto de Música IMUC en un espacio que permite el diálogo entre la fe y la cultura: “Quiero invitarlos a todos a que puedan realmente disfrutar de este momento para desconectarse y así poder conectarse con Dios a través de la música, de una música sacra que nos muestra un espacio litúrgico muy importante para nuestra vida de fe”, indicó Benjamín antes de iniciar el evento.
Por su parte Karina Fisher, directora del IMUC, aseguró que Soli Deo Gloria fue “el primer concierto de música con público presente que realizamos desde marzo de 2020”. También destacó, “el trabajo comunitario que realizan alumnos, exalumnos, académicos y elencos estables tanto durante el momento de creación como el momento de montaje de obras y, por supuesto en el concierto”.
Riquezas de esta versión
Dentro de las obras que se presentaron en esta versión de Soli Deo Gloria estuvieron Terra ad astra que en español significa “Tierra hacia las estrellas”. Su compositor, Felipe Santibáñez, compartió que para él su motivación al componerla fue “crear este sentido de introspección a medida que el discurso musical se va desarrollando de modo que uno pueda ensimismarse y compartir con los demás a la vez un momento de reflexión y serenidad”.
Otra de las obras fue Deus misereatur nostri, que en español significa “Que Dios tenga misericordia de nosotros”, del compositor Juan Guillermo Negrette. Esta fue presentada por un coro mixto (el clásico Soprano, Contralto, Tenor y Bajo). Juan Guillermo compartió que, para componer estas piezas musicales, “me basé en las formas antiguas del motete del Renacimiento y en las más actuales de los períodos Clásico y Romántico. También es posible encontrar una cita al canto gregoriano; quise de algún modo establecer un diálogo entre «lo actual» y la tradición, a semejanza de la relación que existe entre Dios y los hombres”. Negrette expresó que espera “que esta música sirva como medio para ayudar a la adoración y a la elevación del alma de las personas y así se puedan encontrar con Dios”.
Entretanto, Nicicolás Ahumada, compositor de la obra “Pedazos de cielo que se enredan en la selva”, indicó que con ella quiso “buscar lo divino del cielo acá en la selva, en cada una de las personas y en uno mismo. Le atribuí ciertos elementos sonoros a la divinidad y elementos a la selva”.
Soli Deo Gloria, significa en latín “Sólo a Dios la Gloria”. El compositor alemán Johann Sebastian Bach firmaba todas sus obras con las iniciales SDG con la intención de indicar que su trabajo existía para la mayor gloria de Dios. De ahí nace el nombre de este evento.
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