Bajo el lema “sal y sé la luz que el mundo necesita” los participantes del encuentro Picarquín reflexionaron y trabajaron, durante el fin de semana del 5 al 6 de octubre, a través de cada uno de los proyectos de la Pastoral UC. Este encuentro también buscó construir comunidad y fortalecer los vínculos entre los voluntarios que forman parte de las iniciativas que impulsa la pastoral universitaria.
La instancia se extendió por dos días y hubo momentos de trabajo y reflexión, tanto a nivel de proyectos como en grupo. Destacaron los tiempos de liturgias, oraciones, adoración al Santísimo permanente y la procesión “Vía Lucis” que fue iluminado por antorchas.
El Encuentro Picarquín es importante “porque da una mirada más grande de porque estamos trabajando. Muchas veces uno se cierra a solo un proyecto, pero en Picarquín te das cuenta de que la Pastoral es mucho más grande y resalta mucho la importancia de por quien realmente estamos trabajando: Cristo”, comentó Daniela Urquiza, coordinadora general de Encuentros.
En esta oportunidad se realizó una nueva edición de las charlas REC con los testimonios de Juan Antonio Álvarez, Cofundador y Director ejecutivo de Fundación Trabún y Javiera Lecaros, Fundadora y Directora Ejecutiva de la Fundación Kalén, dedicada a promover la inserción social de personas privadas de libertad y sus familias en Los Lagos. Todas estas iniciativas permitieron el encuentro con Cristo pero también entre las personas que forman a la Pastoral UC.
Cuatro testimonios de fe simultáneos marcaron la mañana del domingo, los jóvenes tuvieron la posibilidad de asistir a una de las charlas que dictaron el Padre Federico Ponzoni, sobre “La verdadera alegría es posible: la historia de un descubrimiento”; Marie Hélene de la Taille, sobre: “Llegué a la cárcel a llevar la palabra de Dios y me encontré con el rostro vivo de Jesucristo”; Emiliano Rivera, acerca de “Nuestra misión: el amor” e Isabel Margarita de la Cerda que se refirió a “El poder de la oración”. Esta instancia permitió un diálogo profundo con los estudiantes, logrando una reflexión que dio paso a un encuentro con Cristo y los demás.
Según Daniela Urquiza, el momento más significativo que se vivió fue “la reflexión sobre el mes de la misión, porque motivó a muchos a vivir de forma distinta este mes, y también porque nos dimos cuenta que todos desde lo que hacen, desde lo que son, son por esencia misioneros del mensaje de Cristo. Aparte fue muy choro que se pudieron mezclaron gente de distintos proyectos!!”.
Ahora, cada uno tiene el desafío de poder llevar lo vivido a su día a día, a su proyecto y seguir renovando la Iglesia con Cristo en el centro.