Con una gran sonrisa llega Ángela Parra. Dice que está un poco cansada -aunque no se le nota- porque durmió una semana en el suelo cuando fue a Lisboa (Portugal) para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), donde pudieron encontrarse con el Papa Francisco.
Tiene 27 años y es parte de una familia compuesta por padre, madre y dos hermanas. Es licenciada en Ciencias de la Ingeniería UC y su trabajo más reciente fue también en la UC, en el área de Transformación Digital, donde era líder del Programa de Información Académica.
Hace un mes y medio asumió su rol como Directora de la Pastoral y Cultura Cristiana, donde es jefa de más de 20 profesionales y casi 4.000 voluntarios anuales, convirtiéndose en la primera mujer en llegar a ese cargo. Llegó a este último justo cuando comenzaban las misiones y trabajos de invierno, así que recorrió numerosas zonas para encontrarse con los voluntarios.
Esa experiencia, sumada a la vivencia con la delegación de 115 personas UC en la JMJ, le permitió tener un encuentro muy cercano e intenso con los jóvenes universitarios y escolares que se relacionan con la UC.
-¿Cuál es tu visión de la juventud actual?
-«Hay una juventud que está en búsqueda del sentido, que está en búsqueda de espiritualidad, que está en búsqueda de que su vida se sienta completa. Hay una juventud en búsqueda de ser amada. La pregunta es, ¿quién le da respuesta a esa búsqueda? Ahí nosotros, como Iglesia, a veces, nos quedamos cortos. Y nos quedamos cortos porque muchas veces no sabemos comunicarnos con estos jóvenes modernos».
-¿Cuáles son las luchas y anhelos de la juventud?
-«La juventud de hoy está inmersa en una lucha contra el individualismo, contra la indiferencia. Por un lado, tenemos una juventud que está contenta, que está feliz, que está viviendo su vida, que está demostrando todo lo que es. Pero por otro lado tenemos otra juventud que está que está apagada, que está triste, que está sumida en los problemas del mundo de hoy».
«Le toca a la otra juventud ir a buscarla, porque está más que comprobado que cuando las cosas se dicen entre pares es mucho mejor que cuando se dicen en una relación asimétrica. Desde la Pastoral tenemos que ayudarles a los jóvenes a buscar a esos otros que están más apagados».
-¿Cuál es su desafío en la Pastoral?
-«La Pastoral tiene un rol muy grande de llegar a los jóvenes. Es muy bonito llenar la Pastoral y la Iglesia de gente, pero más bonito va a ser cuando nosotros lleguemos a todos los espacios con gente que crea en Dios. Lo que sí, la Pastoral al tener un equipo joven ha sabido responder de mejor manera a esta iglesia joven, y logra ser atractiva. Incluso vienen a estudiantes de otras universidades».
-Cuéntame algún otro desafío que tienen como equipo.
-Llegar a ese 40% de jóvenes de colegios municipales y de colegios subvencionados particulares que están en la UC y que también participan en la Iglesia, pero que no van a nuestra Pastoral.
Entre hockey y violines
Acólita de niña y violinista, Ángela tiene muchas actividades que llenan su vida. Juega hockey tres veces a la semana y graba podcasts por puro gusto. Además, le gusta escribir. Es la primera generación de su familia que ingresa a la universidad y eso la ha marcado.
-¿Eres una persona muy activa?
-«Sí, me encanta hacer muchas cosas a la vez. Hace unos años fui consejera académica en Ingeniería y eso me requirió mucho tiempo. En ese momento tuve que hacer una pausa porque hacer tantas actividades me pasó la cuenta. Hoy en día me contengo de hacer más cosas, para cuidarme. Pero siempre tengo muchas inquietudes».
-En 2019 ganaste el Premio Espíritu UC ¿qué actividades realizabas por esos años?
-«Cuando estaba en Penta UC me invitaron a misiones, por lo tanto, comencé una larga vinculación con la Pastoral, teniendo labores en misiones y en proyectos. Durante cuatro años fui todos los sábados en la mañana a visitar niños en hospitales como parte de Calcuta. Más adelante fui parte del consejo de Belén UC, con lo cual me vinculé con el mundo de la educación. También en 2019 fui candidata a consejera superior«.
-¿Cómo es tu familia?
-«Somos muy cercanos, mis papás son muy creyentes y también muy críticos. Me pusieron Ángela en honor a mi tía que se sanó de un cáncer, tengo una relación muy cercana con ella, es mi madrina de bautizo y de confirmación y ha sido como una segunda mamá».