Cada 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante, proclamado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) ante el aumento de los flujos migratorios en el mundo.
“#Nosotrosjuntos” es el lema para este 2020 y que se centra en las historias de cohesión social tan variadas como cada una de las personas que han decidido cambiar de país por distintas circunstancias.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un migrante es cualquier persona que se desplaza, o se ha desplazado, a través de una frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de residencia.
En este sentido, hay quienes eligen libremente marcharse a otro lugar pero, en muchos casos, salir del propio país para empezar de cero alejados de su tierra es una necesidad para conseguir sobrevivir. Y es que las guerras y conflictos bélicos, desastres naturales, situación política, social y económica del país, y el cambio climático, son algunas de las razones más frecuentes para tomar esa decisión, que implica el separarse de sus familias y amistades.
La migración en el 2020
El Informe sobre las Migraciones en el Mundo de la OIM, actualizado a 2020, revela que hay cerca de 272 millones de migrantes internacionales en el mundo, lo que representa el 3,5% de la población mundial.
“Por su naturaleza misma, la compleja dinámica de la migración mundial no puede ser medida, entendida y regulada en todos sus detalles. Sin embargo, como se demuestra en este informe, existe un conjunto cada vez mayor y mejor de datos e información que pueden ayudar a comprender con más exactitud las características básicas de la migración en estos tiempos de creciente incertidumbre”, se indica en el texto.
Si bien la mayoría de las personas del mundo siguen viviendo en el país en que nacieron, han aumentado las que migran a otros países, especialmente de su misma región. Este año, con la pandemia por el coronavirus, la situación varió un poco, con varios migrantes que han retornado a sus países de origen para enfrentar los efectos económicos del Covid-19. Otros muchos han tenido que enfrentarse a complejos escenarios, como la espera para poder ingresar a las naciones de destino. En este sentido, el documento aborda aspectos complejos y emergentes de la migración, como las contribuciones de los migrantes a las sociedades, la inclusión y la cohesión social, entre otros. ¿Cómo se enfrenta este tema en nuestro país?
¿Es Chile un país acogedor?
Cuando un migrante llega a un nuevo país, se enfrenta al reto de construir una nueva vida, lejos de sus costumbres, de su cultura, de su lugar de origen. Por lo mismo, tiene que hacer el esfuerzo de aprender un idioma nuevo, conocer códigos culturales distintos, intentar no perder la propia identidad y hacer amistades, entre otros.
Por otro lado, en el país de acogida es probable que existan prejuicios hacia este grupo de personas.
En el caso de Chile, según el Instituto Nacional de Estadísticas ―INE―, 1.492.522 personas extranjeras son habitantes regulares. Y, hasta septiembre de este año, más de 6.000 ciudadanos extranjeros ingresaron a Chile por pasos no habilitados, especialmente en el norte. Esta situación es compleja y preocupa a las autoridades, quienes, el pasado 3 de diciembre, y tras ocho años de tramitación, dieron luz verde a una nueva Ley de Migración y Extranjería.
La ley, despachada ese día por el Senado, incluye, entre otros aspectos, la creación de un nuevo Servicio Nacional de Migraciones y la obligatoriedad de que los extranjeros tramiten sus respectivas visas en los consulados de Chile.
Sobre esto, Waleska Ureta, directora del Servicio Jesuita Migrante, valora los aspectos de la nueva normativa, pero sostiene que todavía hay bastante por avanzar en la materia. “Chile es un país muy desigual y cuando la población migrante no se puede regularizar, se va generando la necesidad de buscar espacios donde vivir”, puntualizó en una entrevista en el diario La Tercera el pasado 13 de diciembre.
La identidad de los migrantes
Varios aspectos son considerados a la hora de integrar a aquellas personas que han migrado, como estudios, trabajo y religión, entre otros. Respecto a cada uno de ellos es que se han realizado diversos análisis y estudios.
Tal es el caso de “Patrones, prácticas e instituciones religiosas en la inserción social de la población migrante”, tesis doctoral de Felipe Orellana Gallardo, galardonado con el Premio y la Condecoración Cardenal Newman, en la se cual busca identificar el rol de las iglesias católicas y pentecostales en la inserción de la población migrante.
Se trata de una investigación de tesis doctoral y que recuerda la importancia de profundizar el diálogo entre la religión y las disciplinas de la ciencia, la tecnología, las ciencias sociales y las artes, y las humanidades, desde una perspectiva inédita y original.
“La dinámica espiritual es una constante transversal a diferentes sociedades, tipos de creyentes y disciplinas; con lo que se permite la participación de personas desde las ciencias duras a la teología, porque la preocupación por lo trascendente no se limita a esta última disciplina, sino que interactuamos con aquella desde los más diversos nichos disciplinares o puntos de vistas”, señala Felipe Orellana, Doctor en Sociología.
Esta investigación, que fue guiada por el decano de la Facultad de Ciencia Sociales, Eduardo Valenzuela, se llevó a cabo de manera empírica en la Parroquia Latinoamericana de Providencia, que tiene una gran diversidad cultural, y en la Parroquia Santa Cruz de Estación Central, que cuenta con una pastoral haitiana.
El estudio de Felipe Orellana se compone de tres artículos: primero, uno que tiene como objetivo identificar la relación entre reflexividad religiosa y creencia individual. Segundo, sobre si la participación en la pastoral haitiana constituía un elemento de distanciamiento y clivaje étnico o más bien permitía la interacción con la comunidad chilena de la parroquial. Y tercero, mediante una revisión de literatura, se identificaron los elementos inherentes al pentecostalismo haitiano en contextos migratorios y se reconoció que la conversión motivada por una dimensión espiritual es propia del pentecostalismo haitiano a diferencia del pentecostalismo latinoamericano, donde puede hallarse una dimensión social que sustenta la conversión.
“Los resultados de mi investigación muestran cómo lo espiritual está presente en la vida de los migrantes que acuden a las parroquias. (…) Es así como en relación a la reflexividad religiosa la creencia se ve fortalecida ante el contacto con la diversidad cultural”, puntualiza el Doctor en Sociología.
Sobre el Premio Cardenal Newman
La condecoración Premio Cardenal Newman surge el año 2018 como una iniciativa conjunta de la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana y la Escuela de Graduados de la Vicerrectoría de Investigación.
Su objetivo es reconocer las investigaciones desarrolladas por estudiantes de doctorados que, por medio de su trabajo de tesis, ponen en diálogo su disciplina y estudios con la Fe cristiana, y aportan de un modo significativo a la misión de la universidad de evangelizar la cultura.
La Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana, en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación de la UC, fomentan la investigación en diferentes temas, siendo la migración uno de los que ha generado impacto e interés por parte de la comunidad universitaria. Para más información al respecto, puedes ingresar a pastoral.uc.cl/investigacion o escribir a investigacion.pastoral@uc.cl