A un año de la pandemia por Covid-19, cuyos números siguen poniendo en juego la salud de las personas, los agentes pastorales de la Universidad Católica, académicos, administrativos, profesionales y estudiantes, se reunieron virtualmente para dar inicio a este nuevo año de trabajo y así llevar a Cristo a los corazones de la UC y del país, y ser así testimonios de esperanza para todos los que lo necesiten.
En esta oportunidad, y a modo de introducción, el Arzobispo de Santiago y Gran Canciller UC, Monseñor Celestino Aós, grabó un mensaje para los miembros de la Pastoral ―antes de contraer coronavirus―, donde invitó a los presentes a ser pastores, “es decir, sepan escucharse, sepan acercarse a las personas para llevarles este gran mensaje: Cristo ha resucitado; el dolor, la muerte, el odio, el mal, no tienen la última palabra, el amor es siempre más fuerte”.
En esa misma línea, el rector de la UC, Ignacio Sánchez, quien compartió la instancia de reflexión y encuentro pastoral, señaló que la identidad, misión y carácter de la universidad deben ser fácilmente reconocibles, lo que implica que los miembros de la UC sean coherentes en su discurso tanto interno como hacia afuera. “Le doy particular importancia a la coherencia entre lo que vivimos dentro de la universidad y lo que hablamos o hacemos hacia fuera de nuestra universidad”, señaló.
Con el objetivo de conocer lo que cada miembro de la Pastoral sueña para este 2021, se realizaron grupos de trabajo, en los que se buscó que estudiantes, académicos, administrativos y profesionales que no se conocieran, formaran vínculos y presentaran sus anhelos para este nuevo año de trabajo, pese a la distancia propia del periodo que vive el país.
Finalmente, el director de la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la UC, Benjamín Cruz, habló sobre los tres principales desafíos para este año: “Debemos ser generadores de comunidad: porque hoy más que nunca necesitamos uno del otro. Debemos estar disponibles para acompañar, a quienes más sufren ya quienes están más solos. Debemos generar espacios para que otros puedan conocer a Dios, y este es el regalo más bonito que nosotros podemos entregar”, señaló.
Asimismo, invitó a todos los presentes a vivir y a hacer propios estos propósitos. “Este inicio de año pastoral es un verdadero impulso para el trabajo del año, un 2021 que nos desafía a ser una pastoral en salida, acogedora y que pueda transmitir esperanza al interior de la comunidad universitaria, generando espacios de encuentro que renueven nuestro compromiso con la evangelización, y así ser instrumentos de Cristo, al servicio de la universidad, del país y de la Iglesia ”.